29 de noviembre de 2011




Voy a fabricar una navaja con cartas de amor
para cortar mis venas y a mi pobre corazón,
voy a hacer pedacitos tu solemne iluminar
ideando con bencina una gran bomba nuclear.

Voy a fabricar una navaja con cartas de amor
para incrustarla en tu pecho y penetrarte sin temor,
se junta con la sangre la tinta que se esparse
Mirá vos... ¡No pueden dejar de amarse!

Voy a fabricar una navaja con cartas de amor,
sentir el placer de soltar un te amo con mi sabor,
rogar por un vaivén de singulares cuchilladas,
que se lleven de mí toda esa parte abandonada.




22 de noviembre de 2011

Dear Sally cumplió 21 años, se festejó todo y terminó adentro de una pileta.
Años de terapia para aprender a crecer al pedo.







15 de noviembre de 2011

Cartas a un escritor III

15 de Noviembre de un año con muchos números.

Dear You,

Estoy sentada en un banco de la plaza de la cuidad, lo elegí porque daba justo el sol matutino y también porque de casualidad tenía talladas tus iniciales. Fue extraño, pero me fabricó un cosquilleo de buen augurio. Debo admitir que mi búsqueda está un poco frustrada sólo porque sufrí los encantamientos de este bello entorno, me di gustos como helados de frambuesa, algodones de azúcar y vueltas en carrousel. Mi caballo preferido es el blanco, su crin es de color café. Les dejé a los niños el juego de la sortija, aunque daba tanto como ellos por una vuelta más.
El otro día mi corazón sucumbió ante un arrebato tan repentino como la lluvia que cerró la noche de ayer, venía caminando con una de mis típicas ramas (esas que uso para arrastrar por el suelo y recorrer las paredes) cuando me topé con el esqueleto de una silla de madera que sostenía un pantalón opaco, unas medias rayadas y zapatos de cuero fino. Mi vista no se levantó a confirmar tus facciones, no eran tus medias. Si no hubiese sido por la percepción tan fina que tengo hubiera podido afirmar que mis sentidos fueron, casi, cartesianamente engañosos.

Mis zapatos siguen siendo los mismos, solamente que ahora me encargo de enganchar en las hebillas pequeñas flores que recojo, todos los días busco un par de distinto color que el día anterior, así me siento con zapatos nuevos. Es maravilloso ver cómo los pétalos se reflejan en el charol negro. ¡Te encantaría verlos! Serías capaz de ponerte arreglar tu bigote un buen rato frente a mis espejos viajeros.

No insisto con la idea de tu paradero, sé que eres bastante movedizo. Las iniciales en el banco quizás son una pista, quizás un desconcierto, pero es de gran placer recorrerlas con la yema de los dedos. Ansío encontrarte y robarte un par de medias, las noches en este cuidad a veces se ponen un poco frescas, aunque a tus pies no les sea de su agrado. También me encantaría ver tu recoveco, sé que contigo adentro no debe hacer nunca frío. Voy a gastar en una vuelta más al carrousel, quiero sentir el viento en la cara un rato más.


Esquivando las junturas de las baldosas,
Sally.








Tengo los pies cansados de llorar y los ojos pesados de caminar.




6 de noviembre de 2011




Te tengo abandonado, no sé si mi cabeza explotó o si realmente las cosas están mejor. Debe haber explotado, más que seguro.