9 de enero de 2015

Mañana me voy a arrepentir, yo sé que mañana me voy a arrepentir. Y me fui, antes de arrepetirme más. Porque prefiero arrepentirme de todos los cigarrillos fumados sin querer fumarlos antes de que una molécula más, desubicada, extraída de su lugar en tiempo y forma, fuera directamente, volara directamente hasta tu boca y mañana me levantara llorando de nuevo, al lado tuyo, sabiendo que allí no era donde debería estar... Aunque fuera donde más lo deseara, aunque tus brazos fueran lo que más añorara, aunque tu respiración en la espalda me hiciera vivir tanto como me dañara colateralmente. Me fui, antes de que en la bronca y el hastío te condenara a que sintieras lo mismo que siento, el dolor y el odio, entremezclados, en una sola bilis. Como me gustaría que no existieras y que simplemente mi corazón muriera en llanto de saber que no existis. Cómo te odio, por dios, cómo te odio.