24 de enero de 2013





Cuando la imágenes recorren mis pupilas a veces se vuelven un poco borrosas, simplemente porque aparecen lágrimas de orgullo, mezcladas con cierta felicidad e infinita tristeza. Me encantaría rellenar el mundo de oscuridad y luces, de destellos de colores junto con canciones que son solo para nosotros. Las sorpresas están llenas de melancolía, las casualidades llenas de premeditación porque, si hubiera sido por el mundo y su simple correr, nada de nosotros hubiera sido. Sin embargo acá estamos, vos en tu lugar y yo en el mío, cuasi inalcanzables uno del otro. Es como si la distancia trazada, aunque mínima y absolutamente rompible, tiene casi un millón de años luz en materia de incomprensibilidad. Llevo cuatro años de carrera intentando fabricar un camino de respuestas que sin embargo cada vez es más una pila de escombros de lo peor apilada. A pesar de todo debo admitir que de imaginarte contento, el cuadro, aunque no sea perfecto, es uno de los paisajes más lindos del planeta tierra.