11 de enero de 2012



DOCE


Y cuando leo esas cosas quiero armar un bolso con tan sólo una lapicera y un gran cuaderno, un par de guantes y un buen abrigo, e irme al lugar más gris y frío del planeta, dónde nada de todo eso me llegue, ni me duela, y pueda quedarme con los recuerdos más lindos que siempre me van a hacer querer volver a esa tierra de estrellitas de colores creadas por luciérnagas. Un lugar dónde el rayo más fino de sol me inspire a levantar la vista y sonreír gracias al calor que seguramente ha de sentirse como el roce de tus caricias. Ahora te pido que antes de irte del todo y encarar para adelante, le des al recuerdo el tiempo que sea necesario y gires la cabeza antes de cruzar la frontera. Quizás quieras sentir otra vez el calor de mis huesos y eso genere que te sientas a gusto y que no quieras irte nunca más.

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