25 de marzo de 2011

Cuando la soledad me dice "Hola", empiezo a econgerme de a poco en mi misma, comienzo a imitar una especie de posición fetal, y a darme cuenta que busco ser el punto más insiginificante del mundo para que me duela lo menos posible mirarla a la cara y que me quite el pelo de la frente sin borrarme la mirada. Intenté achicarme y volver a los zapatos de mamá, al enterito de jean y las dos colitas... No pude. Es indispensable para mi ser un punto y que nadie me mire, nadie me toque, nadie me busque, nadie me quiera. Es indispensable para mi ser un punto y que todo siga adelante, como siempre fue, sin mi, y salir de la madriguera justo en el momento en el que el tiempo fue suficiente para poder volver a nacer.

Soy como la tierra cuando estaba sostenida por cuatro enormes tortugas, solamente que en casa siempre hay una que se lanza a la rebeldía y me deja rengueando por la vida como si no tuviera más arreglo. Pata de palo, parche en el ojo y vacío existencial.

1 comentario:

  1. siempre es recomendable expresarse para que esas bombas mentales no se hagan carne en la mente llena de recovecos y sustancias virales... lo que es maravilloso es poder expreasrse poéticamente como vos lo hacés, desde el fondo del corazón y de la mente pero siempre con elegancia y sin pre-juicios de nada! Te quiero Agustinilla!

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