Digamos que ahora me haría una bolita chiquita, me acurrucaría entre tus brazos y dormiría como la Bella durmiente hasta que te dignes a besar mis labios con los tuyos, sin que emanen veneno ni se desangren en el intento.
¿Por qué al de al lado se le ocurrió poner rejas?
¡Rayos y centellas!
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