No es vida no querer aceptar que el suelo es brasa y la tierra un deshielo,
los árboles mortajas y el cielo un carcelero.
No es sano ver la vida como una fábrica de estrellas fugaces.
Ausencia de libertad de sueños,
espejo de enfermos mortales
y locos melancólicos jugando a ser piezas de ajedrez
sin estática.
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